martes, 9 de febrero de 2010

Haciendo afición!!!!!!!!!!!!!!

Ahora que ha  pasado cierto tiempo desde que finalizó la caza al salto miramos con resignación hacia atrás y sólo nos quedan los recuerdos.  Algunos nos acompañarán durante el resto de nuestra vida. Estoy seguro de que a nuestro entrañable amigo Alberto "el tore", no se le olvidará jamás aquel  día de Año Nuevo del 2010 en el que por primera vez salió al campo de caza.
La inmensa pasión con la que vivimos esta adictiva afición nos hizo a los tres desechar una noche de fiesta, que de otro modo, se hubiese alargado hasta las primeras horas del otro día. ¡La suerte estaba echada!. Alberto, al principio, se mostraba receleso, parecía que le costaba abandonar la discoteca en pro de un madrugón que en principio no le causaría ni frío ni calor. 
Los otros dos acompañantes, Fran y yo (chico) estabamos a las 9 en punto en la puerta de mi cochera con todo preparado. Pasaban cinco minutos de las hora y Fran y yo nos miramos como diciendo es hora de irse. Cual fue nuestra sorpresa cuando oímos  que unos pasos se acercan lentamente  calleja abajo. Era él,  Fran y yo nos reímos al ver el novedoso atuendo de cazador que  Alberto nos trae. Le proporciono un calzado adecuado junto con alguna chaqueta, pues el viento arreciaba con fuerza y parecía que el día no era el adecuado para iniciar a un novato que carecía de afición.
Sea como fuere, partimos hacia el campo. Una vez allí, le mostramos a nuestro amigo como funciona el arma, no  si antes advertirle del gran peligro que conlleva su uso, y darles unos consejos sobre seguridad. 
Así, empezamos la jornada. El  viento era insoportable y para colmo llevábamos una hora andando y no habíamos visto un "bicho".  Esperabamos  ansiosos que nuestros inseparables amigos de cuatro patas nos mostrarán algún conejo para poder prestarle la escopeta al novel y que pudiera disparar. Pero nada de nada, el  tiempo pasaba y no veíamos nada. El trabajo de nuestros canes, aunque incansable,  no daba sus frutos. Tan sólo alguna liebre larga.  Cuando se acercaba el final de la jornada, afortunadamente, nuestra suerte cambio,  y Fran nos advierte de una zona querenciosa para las liebres, ante lo cual prestó la escopeta a Alberto.  Efectivamente,  mi perro levanta una liebre, un poco larga, y se coloca justo detrás de ella. Nuestros consejos hacen efecto, y con muy buen criterio Alberto no dispara a la pieza. ¡Bien Alberto, bien! le decimos Fran y yo. Pero, inevitablemente  el pesimismo se apoderaba de él, casi dos horas andando y sale una liebre y no la puedo tirar. 
Lo bueno se hace esperar.  Y así fue, nuestra suerte cambio y en media hora vimos como Fran tira un conejo muy complicado que logra zafarse de los tiros. Justo después, dispara una liebre larga que parecía que iba pegada. Nos juntamos para asomarnos a lo alto del cerro para ver si los perros la cobraban cuando vemos una perdiz a peón que extrañamente avanzaba hacia nosotros, desorientada por los perros que venían hacia nosotros con la liebre que había tirado Fran.  Pacientemente, espero a que levante el vuelo y la abato de certero disparo. Menos mal,  acabábamos de abatir dos piezas, pero Alberto, no había disparado. Al momento, se me va una liebre de escándalo que provoca las risas de mis "amigos". En cuestión de 20 minutos se sucedieron varios lances. Pues justo después, Alberto dispara unas perdices que nos canta Fran, un tanto complicadas para un novato.
¡Que le vamos a hacer! . Alberto otro día tendrás más suerte. Así decidimos dirigirnos hacia el coche. Alberto portaba mi escopeta ansioso de ver alguna pieza para dispararla, aunque en realidad hacia tiempo que el pesimismo lo había invadido.
Una vez más, como buen criterio e instinto de cazador,  Fran nos aconseja andar una ladera querenciosa y cuando menos nos lo esperabamos va  y "salta la liebre", Se hizo un enorme silencio mientras presenciábamos como Alberto se iba con ella y la abatía  con el primer disparo, vamos que "la hizo un obillo". La euforia se apoderó de nosotros al ver que  nuestros deseos se habían cumplido. El veneno ya está dentro, no me sorprende por lo tanto, que ayer me preguntará por los requisitos para sacarse  la licencia. Pues  todo esto, sólo son recuerdos. Algunos de ellos jamás se olvidan. ¿Es cierto Alberto? Sólo el tiempo lo dirá. Enhorabuena por tu primera pieza!!!!!!!!!!!!

3 comentarios:

  1. Ufff...la piel de gallina!!jeje... solo puedo decir q he leido todo con una sonrisa en la boca. Os aseguro q no olvidaré mi primer dia de caza y la oportunidad q me disteis de vivirlo...espero q tengamos más jornadas cinegéticas juntos en un futuro!!

    Un abrazo para Fran y Chico.

    Alberto M.

    ResponderEliminar
  2. Tu tranquilo Alberto que Octubre está a la vuelta de la esquina!
    Chico has tardado en ponerlo, pero ha merecido la pena, buenísimo relato de este día de caza (cinegética) que seguro no olvidaremos.

    P.D. El conejo que se me fue tampoco era excesivamente complicado!jajajaja.
    (Y el de campo menos!)

    Fran.

    ResponderEliminar
  3. Espero que os haya gustado el relato. La verdad es que fue un día inolvidable a pesar del frío que hizo. Un saludo.


    Chico

    ResponderEliminar