martes, 3 de noviembre de 2009

Más de lo mismo.

El pasado Domingo todos salimos al campo de nuevo, y lo hacíamos con ilusiones renovadas. Esperabamos ver más caza que el Domingo anterior, levantar nuevos bandos de perdices, poder tirar más conejos.., pero a medida que iba transcurriendo la mañana, estas ilusiones se iban desvaneciendo poco a poco.
En el "monte", más de lo mismo, muy pocas perdices, y en la "Sierra de Lares" y el "Ejido" la gente se dió cuenta de lo que ya avisamos en la crónica del Domingo pasado, de las pocas perdices que hay en esa zona con respecto a años anteriores.  Después de la jornada pude hablar con algunas personas que habían cazado en esa zona y  puedo decir que la desilusión fue la nota predominante. Todos comentaba la escasez de perdices en este lugar. Además, a pesar de que no es una zona muy favorable para las liebres, en los años anteriores se abatían algunas, cosa que este año no sucede. Suponemos, que cuando cambie el tiempo y empiece a helar, la liebre se refugiará dentro de los pastizales y podremos tirar alguna más.
Por su parte, en la zona de "Valfrío" y el "Rubial", la jornada la volvió a salvar el conejo, raro fue la persona que fue allí que no tirara algun conejo, aunque tampoco podemos afirmar que abunde esta especie en exceso, más aun cuando se le castigó muchísimo (más de la cuenta) el primer día.
Para las jornadas venideras,   pienso que inexorablemente nos espera más de lo mismo, y seguirá siendo así muchos años,  a no ser que decidamos cambiar nuestros hábitos de caza y respetar el cupo de una vez por todas. Ahora nos lamentamos y maldecimos la poca caza que hay, sin pararnos a pensar que los únicos culpables de  que ésto sea así, somos nosotros, los cazadores, aunque algunos no se les debiera llamar así. Porque un cazador respeta la naturaleza y defiende la caza sostenible, y en ningún momento sale al campo a abatir indiscriminadamente a toda especie (sea cinegética o no) que se cruce en su camino. Me parece lamentable que en el siglo XXI haya gente con una mentalidad tan arcaica, que de la razón a todos los que nos llaman carniceros o asesinos. Menos mal que son una minoría y gracias a Dios, son una especie en extinción.

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